lunes, 14 de diciembre de 2009

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base a simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

Respecto a la noción de aprendizaje se ha aceptado por mucho tiempo, en el mundo académico en general, la idea de que el aprendizaje significa fundamentalmente que el estudiante incorpora a su acervo personal unos nuevos contenidos y entre estos, han tenido prioridad los contenidos conceptuales.
Para Vargas Beal, la naturaleza del aprendizaje está totalmente trivializada porque se ha observado y medido a través de simples cuestionamientos, como el qué contenidos enseñar, qué estrategias utilizar y porque no se hace énfasis, en la identidad personal y ni del proceso de transformación del sujeto.
En la actualidad, vemos que el aprender se extiende a toda la vida, movimientos, destrezas, sensibilidad, conducta. El aprendizaje es un proceso muy complejo donde intervienen factores emotivos, sensoriales, volitivos, sociales; aprendizaje es el resultado de una serie de actos encaminados a adquirir conocimientos y destrezas para resolver dificultades ante situaciones nuevas.
Ausubel caracteriza al aprendizaje como un proceso activo, integrador e interactivo que permite la adquisición y retención de conocimientos siendo posible a partir de la estructura cognitiva del sujeto. Piaget, identifica al aprendizaje como un proceso de adaptación que va más allá de sólo incorporar al sujeto conocimientos provenientes de la realidad. Siguiendo a Moreno López, considera al aprendizaje como un proceso de descubrimiento de significados personales sobre la realidad que se percibe, tal como es percibida por cada persona.
Cada una de las anteriores referencias teóricas acerca del aprendizaje como las he anotado, apenas señalan una o algunas características del proceso como lo conciben sus aportadores, pero a partir de ellas, se puede contestar la pregunta inicial. Yo considero que el aprendizaje como proceso no tiene nada de trivialidad y está ajeno a ser observado o medido con base a simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera. ¿Qué puede ser objeto de aprendizaje hoy en día? Es evidente que los contenidos a aprender son tan variados y tienen que ver con los cuatro pilares de la educación: aprender para saber, aprender para hacer, aprender para ser y aprender para convivir, de allí que los contenidos objeto de aprendizaje sean conceptuales, procedimentales y actitudinales -conocimientos, valores, habilidades, destrezas y actitudes-.
En el enfoque por competencias es de utilidad entender la noción de aprendizaje con “h” intermedia “aprehendizaje” palabra derivada de raíz latina apprehendere “asir mentalmente”. Interpretando a Piaget, Flavell sostiene que la aprehensión de la realidad es siempre una construcción asimilativa efectuada por el sujeto tanto como una acomodación del sujeto. Observar el aprendizaje y medirlo requiere de varias acciones que no son tan simples, elegirlas, diseñarlas y aplicarlas constituyen procesos que deben tener un sustento teórico también para darles confiabilidad y certeza tanto al proceso como a sus resultados.
El desarrollo de las competencias se apoya en el aprendizaje significativo –en un continuo proceso de asimilación y acomodación-, y en el aprendizaje situado. Este último, no se concreta a un sitio como espacio físico, habrá que situar cognoscitivamente dentro de las posibilidades reales y dentro del interés del estudiante. Para posibilitar el desarrollo de las competencias, el estudiante tiene que estar enfrentado a situaciones problemáticas cuyas exigencias de acción lo obliguen a movilizar sus viejos conocimientos en pos de unos nuevos, reorganizando así sus propios esquemas de acción.
Los profesores vamos reconsiderando la transformación del quehacer educativo tratando de enfocar actividades principales a formar estudiantes de nuevo tipo, para que sean capaces de identificar y resolver problemas más complejos que se les presenten y que demandarán la colaboración con sus iguales. Por ello, también los docentes estamos en un proceso de aprendizaje con “h”; comparto la idea de que al enseñar, los maestro estamos –en el mismo acto- aprehendiendo realidades, haciéndolas nuestras, y por lo tanto, construyéndonos a nosotros mismos. Para finalizar quiero compartir el pensamiento de Aristóteles ad hoc para la autoreflexión:
"Las cosas que debemos aprender antes de hacerlas, las aprendemos haciéndolas…Así pues, es muy importante que formemos hábitos de una u otra clase en nuestros jóvenes. En realidad, aquí reside toda la diferencia." Aristóteles, "La ética nicomaquea"

Concepciones de Aprendizaje y Enfoque por Competencias

Es difícil presentar una definición satisfactoria de aprendizaje, pues hay tantas interpretaciones de él como teorías psicológicas y pedagógicas existentes y ninguna de ellas es totalmente satisfactoria. Sin embargo, todas ellas han aportado, ingredientes básicos en la evolución de la concepción del aprendizaje sujeta al proceso dialéctico, que se manifiesta incluso, en la postura ecléctica que asumen algunas posturas al considerar ciertos rasgos comunes. En la actualidad, vemos que el aprender se extiende a toda la vida, movimientos, destrezas, sensibilidad, conducta; se trata de una actividad muy compleja donde intervienen factores emotivos, sensoriales, volitivos, sociales. El aprendizaje es el resultado de una serie de actos encaminados a adquirir conocimientos y destrezas para resolver dificultades ante situaciones nuevas.
La concepción del socio-constructivismo me parece que es congruente con el enfoque por competencias por varias similitudes que encuentro, entre ellas: porque en ambos “aprender” significa "aprender con otros" iguales o expertos; porque importa la socialización y el ambiente en que se desenvuelve el aprendiz; porque en ambos se privilegia el aprendizaje participativo y colaborativo con sus pares; porque entre las competencias genéricas del egresado se encuentra la adquisición de aprendizajes para participar socialmente con responsabilidad.
También porque se considera a los alumnos individualmente en cuanto a su proceso en el que cada uno construye –reconstruye- su conocimiento según sus esquemas, sus saberes y experiencias previas su contexto. En el enfoque por competencias, el aprendizaje se logra al desarrollar competencias y capacidades que integren conocimientos, habilidades y actitudes; aprendizaje que supone la adquisición por el aprendiz de nuevas conductas, pero no puede reducirse a ellas. Vimos anteriormente, que el alumno es perfectamente posible mostrarse capaz de, por ejemplo, resolver un problema a través de medios diferentes, usando conocimientos diferentes y estrategias diferentes, por lo que no tiene sentido definir los objetivos de aprendizaje en forma de una determinada conducta, exactamente la misma para todos. En este aspecto el enfoque por competencias prevé los distintos estilos de aprendizaje que conducen a manifestar diversos desempeños durante y al finalizar el proceso de aprendizaje.
Con la concepción que aporta el constructivismo, “aprender” significa transformar el conocimiento a través del pensamiento activo y original del aprendiz, recurriendo a la experimentación y la resolución de problemas, construyendo el propio conocimiento por medio de la interacción constante con el medio; por ello, encuentro afinidad con el enfoque por competencias porque en éste importa: el pensamiento crítico y reflexivo, la creatividad y la innovación del aprendiz, la interacción interpersonal y con el medio social, cultural, familiar, político, económico en el que vive.
En cuanto a la concepción del aprendizaje que propone la psicología cognitivista, es afín con el enfoque por competencias porque ambas consideran al aprendizaje como proceso activo, aunque para la psicología cognitivista resulta de la combinación de fisiología y emociones, el enfoque por competencias integra al aprendizaje actitudinal que tiene que ver con un proceso emocional del aprendiz.
El aprendizaje significativo está considerado en el enfoque por competencias en cuanto interesa que el aprendizaje tenga una significabilidad lógica –relacionarse con conocimientos previos-, una significabilidad psicológica –adecuación del desarrollo del alumno-, y una actitud activa y motivación. La iniciativa y el interés propio son conductores para que el alumno desarrolle el aprendizaje autónomo con el enfoque de las competencias. Así mismo, encuentro que dicho enfoque demande al docente desarrolle sus propias competencias, por ejemplo, la competencia de “domina y estructura los saberes para facilitar experiencias de aprendizaje significativo”, así como el atributo de “diseña y utiliza materiales adecuados en el salón de clases”, competencia y atributo que tienen como fundamento en cierto sentido, el aprendizaje por recepción donde el profesor estructura los contenidos y las actividades a realizar para que los conocimientos sean significativos para los estudiantes.